El tranquilo barrio de Parque Avellaneda es sacudido por el escrache de un grupo de jóvenes a Roberto Ferrer, un médico obstetra, responsable del robo de bebés, condenado a prisión domiciliaria. Al día siguiente, aparece muerto. ¿Muerte natural? ¿Suicidio? ¿Asesinato?
Una trama sutil va tejiendo las ópticas de cuatro vecinos y la del propio Ferrer. Un profesor que, angustiado por la desaparición de su gata, alimenta oscuras fantasías. Una amiga de toda la vida del matrimonio Ferrer, que siempre lo amó. La mujer que hace algo más que la limpieza y cuidarlo, su confidente. Una antigua enfermera, obligada por Ferrer a trabajar en el servicio de partos clandestinos, que se mudó
poco tiempo atrás al PH lindero.
En cada una de las historias de estos personajes, magníficamente retratados, se dan pistas que podrían conducir al desenlace. Una lectura sin aliento que desliza el interés del lector de un conflicto al otro sin perder ni un instante la intriga. Ni el humor que se teje a contrapelo de la trama. Y un sorprendente final.
Una novela para pensar, pero también para reírse. Para hacer memoria.

Elsa Osorio

Con un villano envejecido y dos personajes equívocos, en los que germina la idea de crimen como en las novelas de Patricia Highsmith, Romina Doval consigue en Presa suelta volver a hablar del pasado o, quizá mejor, de cómo el pasado no es algo que se deja atrás, sino otro tiempo que sigue sucediendo, como una mancha de aceite más lenta que termina por llegarnos. Con algunos ecos de El portero de noche de Liliana Cavani y de La muerte y la doncella, de Ariel Dorfman, la novela plantea en clave argentina los dilemas de la línea siempre elusiva entre colaboración forzada y colaboracionismo, entre condena suficiente y venganza.
Guillermo Martínez

  • 176 páginas | 13 x 19 cm | tapa blanda

Presa suelta - Romina Doval

$19.250
Sin stock
Presa suelta - Romina Doval $19.250

El tranquilo barrio de Parque Avellaneda es sacudido por el escrache de un grupo de jóvenes a Roberto Ferrer, un médico obstetra, responsable del robo de bebés, condenado a prisión domiciliaria. Al día siguiente, aparece muerto. ¿Muerte natural? ¿Suicidio? ¿Asesinato?
Una trama sutil va tejiendo las ópticas de cuatro vecinos y la del propio Ferrer. Un profesor que, angustiado por la desaparición de su gata, alimenta oscuras fantasías. Una amiga de toda la vida del matrimonio Ferrer, que siempre lo amó. La mujer que hace algo más que la limpieza y cuidarlo, su confidente. Una antigua enfermera, obligada por Ferrer a trabajar en el servicio de partos clandestinos, que se mudó
poco tiempo atrás al PH lindero.
En cada una de las historias de estos personajes, magníficamente retratados, se dan pistas que podrían conducir al desenlace. Una lectura sin aliento que desliza el interés del lector de un conflicto al otro sin perder ni un instante la intriga. Ni el humor que se teje a contrapelo de la trama. Y un sorprendente final.
Una novela para pensar, pero también para reírse. Para hacer memoria.

Elsa Osorio

Con un villano envejecido y dos personajes equívocos, en los que germina la idea de crimen como en las novelas de Patricia Highsmith, Romina Doval consigue en Presa suelta volver a hablar del pasado o, quizá mejor, de cómo el pasado no es algo que se deja atrás, sino otro tiempo que sigue sucediendo, como una mancha de aceite más lenta que termina por llegarnos. Con algunos ecos de El portero de noche de Liliana Cavani y de La muerte y la doncella, de Ariel Dorfman, la novela plantea en clave argentina los dilemas de la línea siempre elusiva entre colaboración forzada y colaboracionismo, entre condena suficiente y venganza.
Guillermo Martínez

  • 176 páginas | 13 x 19 cm | tapa blanda