En Alegría, Facundo R. Soto imprime una cartografía gay sobre el mapa de Buenos Aires. En la novela, los personajes, entre los que se incluye el alterego del autor, yiran por bares, terrazas y fiestas, en una búsqueda que comienzan a intuir como estereotipada.

Con los años, Facundo R. Soto (pero también Facu Soto o Facundo Soto, como aparece en diferentes portadas de libros) creó una obra singular, con un elenco propio de personajes, que lo incluye, y una geografía que convierte en infinita la ciudad de Buenos Aires. Las temáticas de sus novelas y cuentos se enfocan en los cortocircuitos de la cuestión gay. El inicio de Alegría, uno de sus dos nuevos libros publicados en la flamante editorial Saraza, está ambientado en una fecha histórica, el 15 de julio de 2010. Junto con varios amigos, durante la madrugada del debate en el Congreso de la ley de matrimonio igualitario, Facu espera la aprobación. Cuentan los votos, miran de reojo las pantallas de los televisores, insultan a evangelistas y católicos que protestan contra la ley, observan a otros chicos como ellos. En la literatura de Soto, la mayoría de los personajes es joven. Incluso Bautista, el hombre casado que engaña a su mujer con otros hombres en baños públicos, se siente atraído por el grupo de Facu y sus amigos, a la búsqueda de una juventud perdida. ¿Perdida en qué sentido? Ese es un hilo del que se podría tirar para avanzar en la lectura de Alegría. 
Como suele ocurrir en otras ficciones del autor, el personaje de Facu no es el protagonista. Él parece estar (como se percibe en Fotocopia, por ejemplo) en un momento de despedida de un universo de descubrimiento y voluptuosidad, al que comienza a reemplazar otro de repliegue y distancia. No por nada al inicio de la novela el fantasma de Ioshua recorre las páginas de Alegría en un contrapunto crítico de los festejos de una ley demasiado asociada, para el gusto del autor de Clasismo homo, con el poder.

  • Rústica

Alegría - Facundo R. Soto

$11.500
Sin stock
Alegría - Facundo R. Soto $11.500

En Alegría, Facundo R. Soto imprime una cartografía gay sobre el mapa de Buenos Aires. En la novela, los personajes, entre los que se incluye el alterego del autor, yiran por bares, terrazas y fiestas, en una búsqueda que comienzan a intuir como estereotipada.

Con los años, Facundo R. Soto (pero también Facu Soto o Facundo Soto, como aparece en diferentes portadas de libros) creó una obra singular, con un elenco propio de personajes, que lo incluye, y una geografía que convierte en infinita la ciudad de Buenos Aires. Las temáticas de sus novelas y cuentos se enfocan en los cortocircuitos de la cuestión gay. El inicio de Alegría, uno de sus dos nuevos libros publicados en la flamante editorial Saraza, está ambientado en una fecha histórica, el 15 de julio de 2010. Junto con varios amigos, durante la madrugada del debate en el Congreso de la ley de matrimonio igualitario, Facu espera la aprobación. Cuentan los votos, miran de reojo las pantallas de los televisores, insultan a evangelistas y católicos que protestan contra la ley, observan a otros chicos como ellos. En la literatura de Soto, la mayoría de los personajes es joven. Incluso Bautista, el hombre casado que engaña a su mujer con otros hombres en baños públicos, se siente atraído por el grupo de Facu y sus amigos, a la búsqueda de una juventud perdida. ¿Perdida en qué sentido? Ese es un hilo del que se podría tirar para avanzar en la lectura de Alegría. 
Como suele ocurrir en otras ficciones del autor, el personaje de Facu no es el protagonista. Él parece estar (como se percibe en Fotocopia, por ejemplo) en un momento de despedida de un universo de descubrimiento y voluptuosidad, al que comienza a reemplazar otro de repliegue y distancia. No por nada al inicio de la novela el fantasma de Ioshua recorre las páginas de Alegría en un contrapunto crítico de los festejos de una ley demasiado asociada, para el gusto del autor de Clasismo homo, con el poder.

  • Rústica